UN DESEO. PAZ.

Escribimos nuestro deseo dentro de cada persona y lo lanzamos como un avión de papel al exterior. Cerramos los ojos y podemos ver que sí, que se cumple . Podemos ser profetas de aquello que sucederá cuando nuestro deseo se haga auténtico en nuestra realidad.  Si nos esforzamos incluso podemos sentir, captar estímulos que hacen aún vivir con mayor intensidad un hecho futuro que solo nuestro yo más interno , más profundo pide. ESE DESEO.

Nuestro deseo puede ser una irreal fantasía, una utopía , algo totalmente imposible. Pero es nuestro y tenemos derecho a generarlo, sentirlo, proyectarlo, imaginar el impacto que produce al cumplirse y el nuevo estado que emerge de él.

Algunas personas sin embargo, solo desean lo obvio. Lo que por ser, por nacer y existir nos corresponde. VIVIR.

Solo por nacer en un lugar del planeta u otro , puedes desear ser un superhéroe o simplemente dejar de escuchar los estruendos de las bombas al caer.

Solo por haber sido elegido en ese ínfimo punto planetario, tu deseo puede ser pedir regalos por Navidad o sencillamente, que mañana podáis despertaros tu familia y tú.

Por tener un nombre en un alfabeto u otro, desear ser un personaje del más maravilloso cuento o algo tan simple como dejar de sufrir el terrible dolor que supone tener cada una de tus heridas en un cuerpo magullado, mutilado, elegido para el golpe y el dolor por otras personas que deciden apropiarse indebidamente de tí.

Y ahora , piensa. ¿ Qué deseo sincero, es el que quieres pedir?