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HALLOWEEN .

La palabra «Halloween» fue usada como tal por primera vez en el siglo XVI, y viene de una expresión escocesa «All Hallows’ Even» que significa «víspera de todos los Santos». Su origen proviene de una festividad céltica conocida como Samhain, y significa fin del verano. En esta fiesta se celebraba el final de la temporada de cosechas y era considerada como el «Año nuevo celta», que comenzaba con la estación oscura.

Los antiguos celtas creían que la línea que une a este mundo con el más allá se
estrechaba con la llegada del Samhain, permitiendo a los espíritus pasar más fácilmente de uno a otro lado. En ella, los espíritus familiares eran invitados y homenajeados mientras que los dañinos eran alejados. Es posible que el ponerse máscaras y trajes se debiera a la necesidad de ahuyentar a los espíritus malignos asustándolos a ellos.

Cuando tuvo lugar la ocupación romana de los territorios celtas, la festividad fue asimilada por éstos. Aunque se celebraba los últimos días de octubre y primeros de noviembre una festividad parecida como la «fiesta de la cosecha», en honor a Pomona (diosa de los árboles frutales), al final acabaron mezclándose ambas tradiciones. Con posterioridad y en una época en la que predominaban las festividades «paganas», los papas Gregorio III y Gregorio IV intentaron suplantarla por una festividad católica en el “Día de Todos los Santos” que fue trasladada del 13 de mayo al 1 de noviembre.

Las típicas calabazas talladas aparecen cuando llega esta festividad a Estados Unidos y Canadá en 1.840 y los inmigrantes irlandeses transmitieron versiones de su tradición con la costumbre de tallar calabazas gigantes huecas con una velas dentro, inspirada en una leyenda irlandesa: «Jack el Tacaño».

El hecho de que esta fiesta haya llegado hasta nuestros días es gracias al enorme despliegue comercial y la publicidad engendrada en el cine estadounidense; así en 1978, se estrenaba en el mundo entero Halloween, de John Carpenter; una película de miedo ambientada en la víspera de Todos los Santos que tuvo muchas secuelas e imitaciones.
Igualmente, la imagen de niños norteamericanos correteando por las oscuras calles disfrazados de duendes, fantasmas y demonios, pidiendo dulces y golosinas a los habitantes de un oscuro y tranquilo barrio, ha quedado grabada en la mente de muchas personas.

Originalmente el truco o trato «Trick-or-treat» también procede de una leyenda popular de origen céltico, según la cual había un espíritu malévolo -que recibiría el nombre de jack-o’-lantern, con el que se conocen a las tradicionales calabazas de Halloween- que deambulaba por pueblos y aldeas, yendo de casa en casa pidiendo precisamente «truco o trato». La leyenda asegura que lo mejor era hacer trato, pues de no pactar usaría sus poderes para hacer «truco», que consistía dar toda clase de infortunios y maldiciones. En la actualidad, no se trata de un truco propiamente dicho sino más bien de un susto o una broma: así los niños se disfrazan para la ocasión y pasean por las calles pidiendo dulces de puerta en puerta.
Después de llamar a la puerta los niños pronuncian la frase «truco o trato», si los adultos les dan caramelos, dinero o cualquier otro tipo de recompensa, se interpreta que han aceptado el trato. Si por el contrario se niegan, los chicos les gastarán una pequeña broma, siendo la más común arrojar huevos o espuma de afeitar contra la puerta de la casa en cuestión.