Invierno, estación del recogimiento y reflexión. Momento para la necesaria relajación y el descanso. Si escucháramos a nuestro cuerpo, nos daríamos cuenta de que nos pide más horas de sueño, relax y calor interior. Nos apetece meternos en nuestro hogar y en nosotros mismos y conservar la energía. La necesitamos.
Los deportes al aire libre, la naturaleza, la compañía nos ayudan a dejar de lado la tristeza que a días o a ratos, como una » nada» de una interminable historia, parece que se apodera de mí y nos alivia livianamente el ánimo y ayuda a intentar mantenernos en pie.
Sentir el frío en la cara y luego el calor de una casa, dar largos paseos a paso rápido para entrar en calor, abrigarse al salir y desabrigarse al entrar, sentir una chimenea o un abrazo,la suavidad de una manta, largas conversaciones, tardes de lectura, y tanto tiempo para reflexionar y conocerse a uno mismo…Demasiado tiempo para pensar.
Tan duro, tan frío. Efímero pero….incierto. Cómo recordar el calor , la luz del sol , la alegría. Cómo afrontarte, invierno.
Solamente pensando que tienes caducidad. Solo el tiempo hará que tu heladora sombra, merme y desaparezca hoy de mí y mi corazón.
Este año te has instaurado hace días para perdurar eso sí, de algún modo el resto de mi vida. No volveré a ser la misma que era hasta que llegaste de este modo , pero aprenderé a tenerte y levantarme cada mañana soportando tu temperatura en mí.
Mi consuelo es pensar que ya queda menos para que poco a poco, te hagas menos fuerte tú y más fuerte yo.