VENTA DE LANA Y LA MODA DE LA ÉPOCA BARROCA    

Somos alumnos/as de la clase de 6º A y hemos investigado sobre el palacio de Agustín de Sesma y Sierra, conocido como la Casa de las Cadenas. Nuestro grupo formado por Javier, Unai, Martina, Akram, Douaae y Hossam vamos a centrarnos en el comercio de la lana y la moda de la época barroca en las vestimentas de la población.

 

La información que vamos a investigar la daremos a conocer mediante códigos QR en las fachadas de los edificios para que todos los visitantes puedan conocer más a fondo la historia de cada palacio y templo dentro de las Jornadas Barrocas que tendrán lugar entre el 25 y el 27 de octubre. 

 

El tema lo hemos querido relacionar ya que la familia de Agustín de Sesma y Sierra (que también fue alcalde de Corella) vivía del comercio de la lana, lo que le permitió tener el dinero suficiente para construir su casa palacio y vivir en él con todo lujo de detalles. Además, queremos dar a conocer cómo era la ropa en la época del barroco y qué trajes vestían los habitantes de esta casa, relacionándolo con los tejidos, accesorios, peinados, etc.

 

Cuando hablamos de la época barroca nos referimos a los siglos XVI y XVII, por lo que en este trabajo vamos a centrar nuestra investigación en cómo las familias nobles podían ganar dinero gracias a su trabajo en el comercio de la lana así como dar a conocer el vestuario, costumbres y complementos de la época barroca.

 

Entre el siglo XVI y XVII las familias nobles asentadas en nuestra zona próxima a la ribera del río Ebro se dedicaban al comercio de la lana, comprando lana a los ganaderos de la zona de Soria para venderla al extranjero y exportarla, lo que hacía que ganaran mucho dinero y con ese dinero poder invertir en la construcción de casas palacio, mantener a multitud de hijos y al servicio de la casa así como en invertir en artículos de lujo en ropa de época.

 

La lana fue una riqueza natural que abundó en España, de manera exclusiva, en los siglos medievales y modernos desde antes del siglo XIII hasta comienzos del siglo XIX. Su comercialización dio lugar a importantes y variadas formas de negocios que hasta ahora eran poco conocidos, haciendo de ese sencillo material un bien preciado para la fabricación de tejidos y de ropajes.

 

Los cambios más significativos del estilo Barroco en todas sus facetas (arquitectura, pintura, vestuario, costumbres, etc.) se dieron a partir del reinado de Luis XIII (1610-1643), quien emprendió el camino hacia el absolutismo monárquico que se consolidaba, con su hijo y sucesor, el “Rey Sol” (Luis XIV).

 

Centrándonos ahora en la moda de la época barroca, esa que se podía ver en los salones de la Casa de las Cadenas, pasamos a distinguir los tipos entre género y clases sociales.

 

La ropa de mujer era más estilizada, la parte delantera de la falda estaba partida dejando ver las enaguas. En las caderas la prenda iba muy ajustada y la falda se levantaba ligeramente con aros de hierro. El cuerpo iba atado con lazos. El pelo se llevaba recogido a capas con un alambre y con adornos.

 

 La ropa de hombre consistía en un justillo ajustado y largo que a finales del siglo XVII iba decorado con bordados y cintas. Las mangas iban vueltas revelando la camisa muy ornamentada también. La parte delantera del justillo revelaba un chaleco que se extendía hasta la rodilla. La camisa solía llevar los puños atados con cordones y cuello alto. Los pantalones van hasta la rodilla y se llevaban con calcetines de seda normalmente blancos. La peluca era parte de la vestimenta. Esta forma de vestirse creó las bases del traje de chaqueta de hoy, compuesto de chaqueta, pantalón y chaleco.

 

La nobleza también hacía gala de costosos atuendos: joyas, guantes perfumados, pañuelos de seda, etc. que ayudaban a engalanar más si cabe las fiestas, acontecimientos sociales, reuniones y sacramentos.

 

Los materiales que se utilizaban para hacer ropa eran la seda, terciopelo, forro polar, algodón y lana. Las telas utilizadas eran la seda, telas adamascadas y de algodón. Mientras que en la clase baja vestían de un solo color y con telas de menor calidad la nobleza no se privaba de grandes ostentaciones, siendo las joyas un elemento distintivo no sólo de la nobleza, sino también de la nueva clase burguesa de las ciudades.

 

La ropa de la época barroca se distingue por prendas amplias y muy ornamentadas por el uso de colores vivos, brocados de seda y encaje.                    

 

Además del vestuario, el complemento indispensable para la clase acomodada era el uso de pelucas que transmitían elegancia, sofisticación y un toque de excentricidad por medio de los peinados, siendo altos y únicos. También, decoraban el pelo con flores o diademas.