RETABLO MAYOR (JUAN ANTONIO GUTIERREZ Y PEDRO ONOFRE)

Somos alumnos/as de la clase de 6º B y hemos investigado sobre la Parroquia de San Miguel Arcángel de Corella. Nuestro grupo formado por Nahia, Abderahman, Alonso y Layla vamos a centrarnos en la historia del retablo mayor del templo, obra cumbre del barroco navarro.

 

La parte más llamativa de la iglesia parroquial de San Miguel Arcángel de Corella es sin duda el retablo mayor así como la cúpula con esa gran batalla celestial de ángeles que disparan sus trabucos hacia el demonio.

 

En este caso, nos vamos a centrar más concretamente en el retablo mayor, siendo de tamaño monumental e impresionante, construido por el maestro Juan Antonio Gutiérrez entre 1718 y 1722, y que fue dorado en 1790 por José Sáenz de Inestrillas. En el momento de su ejecución fue un retablo vanguardista que incorporó, en su estructura y especialmente en su decoración, novedades que los grandes artistas españoles como José Benito de Churriguera estaban introduciendo en la Villa y Corte de Madrid.

La escultura de Santa Mónica es de Juan Antonio Gutiérrez y el resto del imaginero Pedro de Onofre.

Se trata de un retablo cascarón de planta cóncava. Se eleva sobre un gran pedestal en el que se sitúan cuatro grandes ménsulas con ángeles talantes en las que apoyan otras tantas columnas salomónicas o churriguerescas gigantes que articulan el cuerpo central, dejando entre ellas hornacinas donde su ubican las imágenes de Santa Bárbara, San Juan Bautista, San Juan Evangelista y Santa Mónica, la mejor talla del conjunto.

Una potente cornisa y un frontón central partido dan paso al cascarón gallonado que corona el conjunto y donde se sitúa la Asunción, flanqueada por San Bernardo y San Francisco de Paula y dos escudos de armas de Corella.

El eje central viene marcado por el sagrario-expositor, de gran desarrollo, que se remata con un baldaquino que alberga la imagen de San Miguel. El retablo, lleno de ritmo y movimiento, se caracteriza por su exuberante y fina decoración donde podemos apreciar tableros y modillones vegetales, trofeos, guirnaldas de flores y cabezas de querubines, columnillas salomónicas y un sinfín de detalles que lo sitúan en uno de los retablos más importantes del panorama de la retablística barroca de Navarra.

Gracias a la restauración realizada entre los años 2007 y 2010 el retablo recuperó los colores originales de cada pieza así como ese dorado tan característico de la época barroca que nos muestra todavía hoy cómo a la hora de fabricarlo no escatimaron recursos.

Tampoco es causal la aparición de los santos tallados que acompañan al retablo, ya que aparece Santa Mónica en honor a San Agustín, pues el alcalde de Corella en el momento del encargo del retablo fue Agustín de Sesma y Sierra, constructor y dueño de la casa de las Cadenas.

En definitiva, podemos decir que el retablo está perfectamente encajado en todo el conjunto monumental barroco, dejando al espectador y visitante con la boca abierta al descubrir una obra de tales dimensiones.

 

 

Algunos de esos  maestros destacaron por sus proyectos en la retablística regional décadas más tarde ,de manera especial

 Pedro Onofre Coll y Diego de Camporredondo.

 

Un cronograma de las obras del retablo que nos ocupa extrajo Arrese de la documentación .Los hitos más importantes de su proceso constructivo son los siguientes:

 

  • 1718,junio:aprovisionamiento de madera que se trae de Soria y Salguero (segovia)
  • 1719,diciembre:se coloca el primer cuerpo del sagrario.
  • 1720,mayo:Pedro Onofre comienza a tallar las imágenes de los santos y de los ángeles.
  • 1721,enero:está montado el retablo hasta la altura de la cornisa,no así las columnas que estaban en el taller,una casa alquilada en Corella.
  • 1721,julio:se lleva a la iglesia la pieza más grande del cascarón.
  • 1721,octubre:se colocan los escudos.
  • 1722,octubre:se colocan las estatuas de los santos.

 

 

El retablo estuvo sin dorar hasta 1789 ,año en el que mediante el procedimiento de la suscripción popular y un fuerte donativo de don felipe de sesma se pudo acometer la obra,encargándose al artista natural de Autol y residente en Corella,josé Sáenz de Inestrillas,quien trabajó en el proyecto entre 1790 y 1791.Los apagados oros del retablo parecían hablar de una policromía no coetánea a las obras del retablo propiamente dicho.