Con motivo de las Jornadas Barrocas que todos los años organiza en octubre el Ayuntamiento de Corella para dar a conocer la historia de Corella y recordar el acontecimiento más importante que sucedió en Corella en la época barroca como es la llegada y estancia por cuatro meses del rey Felipe V con su familia, desde el Área de Lengua castellana hemos realizado un trabajo de investigación sobre edificios barrocos de Corella. Somos alumnos/as de la clase de 6º C del Colegio Público Ciudad de Corella. En nuestro caso, el grupo está formado por Malena, Allison, Miguel, Logan e Ilyas y dentro de la temática del Palacio de los Virto de Vera nos ha tocado centrarnos más concretamente en la comida de la época barroca, esa rica comida que se servía en este importante palacio.
El barroco fue una época histórica muy importante culturalmente hablando para Europa, que se produjo entre los siglos XVI y XVIII, que afectó a las costumbres, arquitectura, pintura y escultura, haciendo unos modelos más reales, con fuertes contrastes, donde presentan al ser humano como elemento importante de la vida cotidiana.
Conocemos el Barroco como un período de la historia en la cultura occidental originado por una nueva forma de concebir el arte (el «estilo barroco») y que, partiendo desde diferentes contextos histórico-culturales, produjo obras en numerosos campos artísticos: literatura, arquitectura, escultura, pintura, música, ópera, danza, teatro, etc. Se manifestó principalmente en la Europa occidental, aunque debido al colonialismo también se dio en numerosas colonias de las potencias europeas, principalmente en Latinoamérica.
Desde finales del siglo XVI y especialmente desde el siglo XVII la alta cocina catalana irá perdiendo creatividad y tomará el relevo la cocina castellana, encabezada por la corte de los Austrias, modelo para toda España y que influirá en las cocinas de Europa y América. Es en esta cocina de corte donde se crean y se difunden las novedades y las modas.
La alimentación de la época se basaba en el triángulo pan, carne y vino. El pan y el vino eran alimentos generales. La carne no estaba al alcance de todos. Solo la de baja calidad llegaba a las clases menos favorecidas. De ahí que especialmente en las familias nobles su economía estaba basada en el cultivo de cereal, la elaboración de ricos vinos así como en la cría de animales para el consumo.
La cocina durante la época barroca fue un momento clave en la gastronomía ya que aportó distintos tipos de ingredientes, estilos y nuevas variantes en las recetas, así como distintas técnicas de cocción. Fue la época en la que se incorpora el uso de especias, de nuevos tipos de alimentos, siempre desde el prisma de una comida elaborada, cocinada en los mejores fogones de los lujosos palacios.
Respecto a la bebida, el ingrediente fundamental fue el agua, primero por ser la bebida más común además de la más saludable, pues comienzan a fabricar en la mayoría de los palacios pozos para obtener agua cristalina tanto para los alimentos como para el aseo. Los médicos alababan el consumo de aguas puras y frescas y advertían del peligro de las contaminadas. El suministro de las ciudades era muy deficiente y en consecuencia era muy difícil asegurar la calidad del agua siempre que no fuera procedente de manantiales o pozos de aguas cristalinas.
Otro ingrediente necesario fue el vino, siendo la bebida más preciada y la más ordinaria con los peligros que acarreaba, pues aumentará en esta época el número de personas que debido a beber tanto vino crearán algunos problemas sociales. Generalmente eran vinos tintos y jóvenes, de baja calidad. El vino blanco era menos conocido y su consumo más preciado por la clase alta.
Las bebidas frías se pusieron de moda en esta época. Eran frecuentes la leche de almendras, la horchata, la leche de cebada y la limonada. La cerveza tenía poco éxito. Carlos V trajo en 1537 cerveceros alemanes que mejoraron la calidad e impulsaron su consumo de la misma.
Las alojerías eran los negocios más populares en establecimientos de bebidas. Parece ser que uno de cada tres portales estaban ocupados por una alojería. La aloja era una mezcla de agua y miel que se aromatizaba con especias. En verano se añadía hielo y era lo que se conocía como aloja de nieve.
El ingrediente estrella dentro de los postres fue el chocolate, cuyos orígenes los encontramos en la cultura de los aztecas, que no empleaban azúcar, por lo que el sabor era de sabor amargo y no resultaba del agrado de los conquistadores. En España se introdujo hacia 1530. Se fueron mejorando los métodos de elaboración y generalizando su consumo.
Las técnicas culinarias en la preparación de la preparación de las comidas se desarrollarán de una forma más profesional, cuidada y diversificada, dándole sentido medieval de cocinar los alimentos en grandes asados y serán más cuidadas para reforzar la calidad de los alimentos y
no modificar su gusto demasiado.
El primer plato incluía patés, sopas o encurtidos. El plato principal consistía en grandes asados, platos de verduras y platos dulces . El postre era fruta, queso y dulces. Palillos perfumados, tallos de hinojo y dulces de menta refrescan el aliento después de la comida.
Todo esto fue lo característico en la vida diaria de la época barroca, y más concretamente en las mesas tan ricamente elaboradas que tenían a diario la familia habitante del palacio de los Virto de Vera de Corella.