Con motivo de las Jornadas Barrocas que todos los años organiza en octubre el Ayuntamiento de Corella para dar a conocer la historia de Corella y recordar el acontecimiento más importante que sucedió en Corella en la época barroca, como es la llegada y estancia por cuatro meses del rey Felipe V con su familia, desde el Área de Lengua castellana hemos realizado un trabajo de investigación sobre edificios barrocos de Corella. Somos alumnos/as de la clase de 6º C del Colegio Público Ciudad de Corella. En nuestro caso, el grupo está formado por Ariadne, Austyn, Izan, Sofía y Soufiane y dentro de la temática del Palacio de los Virto de Vera nos ha tocado centrarnos en dar a conocer la vida del constructor y dueño del palacio, D. Juan Fermín Virto de Vera así como de su familia.
Juan Fermín Virto de Vera nació en Pamplona el 26 de enero de 1688. Se casó en la iglesia del Rosario el 26 de diciembre de 1712 con Doña Josefa de Anchorena y Ezpeleta, nacida en Corella diecisiete años antes.
D.Juan Fermín era descendiente de una reconocida familia de hidalgos procedente de la localidad de Peroniel de los Hidalgos (Soria) que vino a Corella a finales del siglo XV. Fue el primogénito y heredero universal de toda la fortuna de su padre, Martín Virto de Vera y Azpilicueta, una herencia cuantiosa y procedente del comercio lanar.
Ocupó el cargo de Escribano Real. Solicitó junto con su esposa a la Real Corte de Pamplona la ejecutoria de hidalguía por la que solicitaban que fueran reconocidos como nobles tal y como figura en el documento (32 páginas, fechado el 18 de agosto de 1734) que recoge su escudo nobiliario, el mismo que colocaron tallado en piedra en la fachada con las armas de sus apellidos.
Dicho matrimonio construyó su casa – palacio de la Plaza de los Fueros en 1741 como vivienda del matrimonio y su descendencia, formada por 14 hijos, destacando los siguientes:
- Joaquín Virto de Vera y Anchorena: que contrajo matrimonio con Bernarda de Sesma e Iblusqueta (conocida como la coronela gracias al nombramiento otorgado por Felipe V), propietaria del palacio de las Cadenas, quedando unidos los dos palacios corellanos.
- Martín José, fraile del monasterio de Iranzu, conocido con el nombre de Fray Bernardo.
- José, Coronel de los Reales Ejércitos, que falleció en Palma de Mallorca.
- Ignacio, que fue alcalde de Corella en 1774 y 1781.
- Juan de la Cruz, alcalde también de Corella en 1777, 1780 y 1783.
Cuando investigamos sobre las familias nobiliarias, es común encontrar tal y como hemos comentado más arriba, que todas ellas solían crear mayorazgos, algo muy habitual en la época barroca y más concretamente en los dueños de los palacios.
Llamamos mayorazgo a una forma del antiguo régimen que consistía en dejar la herencia de un matrimonio toda al hijo mayor varón, para que la administrara y con el objetivo de no subdividirla en partes más pequeñas. Eso tenía un aspecto positivo, que era aumentar cada vez más las propiedades, mientras que el negativo era que el resto de hermanos/as de la familia no heredaba, por lo que su padre y madre se encargaban de casarlo o de que se hiciera religioso/a para que tuviera el futuro solucionado.
Los bienes vinculados a un mayorazgo, no podían repartirse en herencia ni venderse. A su vez era posible ir incorporando nuevos elementos a la relación. De esta manera, todo aquello incluido en el mayorazgo era heredado de manera indisoluble por una única persona, que solía ser el primogénito varón, aunque podía tratarse de otro hijo.
Al momento de fijar las condiciones del mayorazgo, se definían también las obligaciones que adquiría el heredero. Una de las más usuales era la adopción del apellido si no lo tenía.
La regulación del mayorazgo se llevaba a cabo por medio de las llamadas leyes de Toro en el año 1505, cuando reinaban los Reyes Católicos. Éstas surgieron de la actividad legislativa y se fijaron luego del fallecimiento de la Reina Isabel en la ciudad de Toro, en el marco de una reunión de las Cortes. Se trata de un grupo de 83 leyes que se promulgaron el 7 de marzo en nombre de Juana I de Castilla, entonces reina.
Si bien el mayorazgo surgió, por lo tanto, en el ámbito de la realeza, cabe mencionar que algunas familias de la burguesía, que por aquel entonces comenzaba a surgir en Castilla, también suscribieron a esta figura legal para llevar a cabo el control del fraccionamiento de sus bienes y proteger su poder económico.
Por lo general, el mayorazgo se creaba en más de una fase; en la primera se solía vincular una casa solar o un solar, a veces incluyendo un título nobiliario, el cual pasaba con todos los demás bienes. A los que se excluía del mayorazgo se les brindaba de algún modo la condición de hidalguía (un término que en España y Portugal se usa como sinónimo de «nobleza», aunque también de «nobleza sin título»).
Si bien el mayorazgo les daba la posibilidad de agregar otros bienes al vínculo, no les permitía repartir en herencia ni enajenar los que ya hubiesen sido vinculados.
Con este trabajo por tanto, hemos podido conocer cómo fue la familia de Juan Fermín Virto de Vera, así como la forma de sucesión mediante herencia de las propiedades que tenían los nobles durante la época barroca.