HISTORIA DEL TEMPLO

Somos alumnos/as de la clase de 6º B y hemos investigado sobre la Parroquia de San Miguel Arcángel de Corella. Nuestro grupo formado por Naroa, Lena, Mathias, Bruno y Alain vamos a centrarnos en la historia del templo como edificio, para conocer más a fondo su construcción, etapas, etc.

 

Historia constructiva:                                                                                                                                                                                                                                                                                                  

La Parroquia de San Miguel de Corella es el templo parroquial más antiguo de la ciudad. Por los restos más antiguos que se conservan podemos afirmar su pasado románico, que después llegaría a más esplendor en la época gótica y, al estado en que hoy la conocemos, fruto de las reformas barrocas.

 

A la iglesia gótica con cabecera poligonal construida en el siglo XV, se le añadieron capillas laterales en aquella misma centuria, tan solo han llegado a nuestros días la capilla de San Martín (al lado izquierdo del retablo mayor) y parte de los muros perimetrales del ábside y crucero primitivos así como la sacristía gótica.

 

Su configuración definitiva se llevó a cabo gracias a las sucesivas ampliaciones y remodelaciones que dieron como resultado el templo actual, por ello ofrece una fisonomía de acentuado cuño barroco.

 

Cronológicamente entre 1643 y 1649 se documenta la primera ampliación de la fábrica medieval, a la que se añadieron dos nuevos tramos a la nave central  y una nueva fachada a los pies, que a lo largo del tiempo, desaparecería. Siguiendo los planos del arquitecto de Alfaro Domingo de Aguerri, los artífices de esta fase constructiva  fueron el cantero guipuzcoano afincado en Calahorra, Domingo de Osabiaga, y el maestro de obras corellano Esteban de Echeverría.

 

Pero fue entre 1696 y 1707 cuando se acometió una segunda y desde luego trascendental ampliación de la parroquia. El deterioro progresivo de la iglesia primitiva, el aumento de la población y la bonanza económica que vivía la ciudad fueron motivos que alentaron las nuevas obras. El proyecto ofrecido por los maestros Santiago Raón, Juan Martínez y el tracista dominico fray Anciento de Aisa dotó la parroquia inicialmente de una nueva cabecera y crucero sobre el viejo ábside y nave medieval, y de sendas naves laterales.

 

Finalmente entre 1712 y 1720, en una nueva ampliación, se ejecutó todo el cuerpo de los pies con su fachada y sus torres laterales. Intervinieron en esta última fase constructiva los maestros Juan de Argós y Echeverría, su hijo Juan de Argós y Alduán, Juan Navarro y Villafranca y Juan Antonio Jiménez y Romano.

 

A lo largo del siglo XVII se llevarán a cabo otras obras en la parroquia, ahora bien, de menor entidad,  como la reconstrucción de la cúpula en 1761, la consolidación de las torres en 1797-1798 y la construcción de una nueva fachada hacia la calle de la Reja que acometió en 1794 Juan José Arijita, siguiendo el proyecto del pintor de Cascante Diego Díaz del Valle.

 

Estructura general:

La Parroquia de San Miguel se configura como una iglesia de tres naves con cabecera pentagonal y crucero.

 

Aunque al ver su interior pueda sorprender al espectador por su decoración barroca, a excepción de los retablos, toda la pintura del templo es moderna, ya que después de haber encalado y pintado de azul y blanco todo el interior de la iglesia para evitar la propagación de enfermedades, en la penúltima reforma de 1948 se policromó la iglesia siguiendo la estética barroca, gracias a los pinceles de Ceferino Cabañas Palomar y Jacinto Alcántara, quienes pintaron muros y bóvedas, enlazando sus diseños con los gustos barrocos imperantes en la iglesia.

 

La fachada del templo, terminada en 1901 se encuentra compuesta por un paramento central flanqueado por dos torres que aloja, a la manera de un retablo, una portada pétrea con arco de medio punto entre pilastras clásicas coronada por una hornacina que tuvo una escultura renacentista de San Miguel.

 

Ya por encima, una ventana central, escoltada por dos escudos de alabastro de la ciudad de Corella, da paso al remate superior que, como una espadaña, se articula por pilastras entre las que se situaba una talla de San Pedro realizada en 1603.

 

Por su parte las torres laterales, que albergan sendas portadas ciegas en la parte inferior, se componen de varios cuerpos que dotan a la fachada de gran majestuosidad. Se caracterizan por la plasticidad de sus paramentos gracias al juego geométrico y la disposición del ladrillo que, de manera almohadillada, cubre todo el cuerpo inferior invadiendo las esbeltas.

 

Exorno artístico

El interior de la parroquia acoge un conjunto de retablos en el que destaca, sin lugar a dudas, el monumental retablo mayor, construido por el maestro Juan Antonio Gutierrez entre 1718 y 1722, si bien no sería hasta 1790 cuando, por suscripción popular, se llevaría a cabo su dorado de manos de Jose Saenz de Inestrillas. Fue desde luego en el momento de su ejecución un retablo vanguardista, pues incorporó, tanto en su estructura como especialmente en su decoración, muchas de las novedades que por entonces los grandes artistas españoles como José Benito de Churriguera estaban introduciendo en la villa y Corte de Madrid.

 

La iglesia posee asimismo numerosos retablos, la mayor parte del siglo XVIII, destacando entre ellos, bajo una impronta ya rococó, los retablos simétricos situados en el crucero dedicados a San Pedro y Santiago, para los que se siguieron el diseño de Diego de Camporredondo en 1765 y 1767.

 

La fisonomía barroca del templo queda remarcada por diversas piezas todas ellas dieciochescas, si bien entre las obras de mayor antigüedad resalta el crucificado gótico del XV, de estilo flamenco, ubicado en el tramo de los pies.

 

En definitiva es uno de los más importantes templos que tiene la ciudad del barroco y que merece la pena conocer, más particularmente su interior.