Somos alumnos/as de la clase de 6º B y hemos investigado sobre la Parroquia de San Miguel Arcángel de Corella. Nuestro grupo formado por Giulia, Naia, Marcos, Zakaria e Iker vamos a centrarnos concretamente en uno de los mayores atractivos que podía tener la iglesia como es el órgano, a pesar de que todavía no esté arreglado.
Para cualquier acto litúrgico digno que se precie, especialmente procedente de la época barroca, el órgano era el instrumento obligado, tanto por su seriedad como por su variedad de registros, capaces de cautivar al público y conmover especialmente con sonidos que asemejaban la tempestad.
En el caso de la Parroquia de San Miguel, se encuentra ubicado junto al balcón del coro alto, habiendo sido instalado allí el 23 de septiembre de 1732, pues primitivamente se encontraba una habitación (todavía existente) sobre la capilla de San Martín, donde actualmente está ubicado el retablo colateral de San Pedro (a la izquierda del presbiterio).
El órgano consta de dos partes: por un lado, el instrumento y, por otro lado, la caja o fachada. Marcos de Angós (padre del escultor fiterano que diseñó el retablo del Santo Cristo que hemos comentado en este escrito) trazó dicho diseño de la caja, que fue ejecutada por José de Lesaca (maestro ensamblador natural de Lerín), mientras que los cuatro angelotes fueron realizados en 1728 y 1732 por el tudelano José Serrano. En lo que respecta al instrumento como tal, se realizó de las manos del maestro organero José de Ripa, también natural de Lerín.
Según las fuentes históricas, sabemos que José de Ripa no hizo el órgano de San Miguel de cero, sino que reformó el viejo “añadiéndole de nuevo todo lo expresado en la memoria sobresentada y quedará capaz para una catedral”.
Hay costumbre en Navarra de llamar al órgano de San Miguel y al del Rosario como “los gemelos”, no precisamente por la decoración de las cajas y fachadas, pues son diferentes, sino por la gran riqueza y variedad de registros que albergan. Podemos afirmar rotundamente que
ambos órganos son los más completos de toda la Ribera de Navarra, incluso muy superiores al de la Catedral de Tudela.
En el año 1900, los hermanos Inchaurbe de Zaragoza, realizaron una serie de reformas y de ajustes, por lo que podemos decir que es un órgano del siglo XVIII con partes del siglo XIX.
Llegó otra reforma posterior, cuando tocó respetar el sistema de Inchaurbe y cambiar la registración a electro-imanes, que según ciertas opiniones supuso la pérdida (reparable) de su originalidad y en la actualidad (después de que se arreglara en 1994 al completo, y en 2022 de nuevo) se encuentra sin funcionar en plenitud.
En definitiva, es un órgano digno de ver tanto por fuera como por dentro, además de poder escuchar su impresionante sonido. Ojalá que algún día no lejano se pueda escuchar en las celebraciones y en algún concierto.