EL CRISTO DE LA COLUMNA

Somos alumnos/as de la clase de 6º D y hemos investigado relacionado con el convento de la Encarnación de Monjas Benedictinas de Corella, hoy transformado en Museo Arrese. Nuestro grupo está formado por Nicolás, Levi, Ilyas, Julieta y Malak y se ha centrado en una de las esculturas más importantes del Museo como es el Cristo de la Columna de Gregorio Fernández, propiedad de la Parroquia del Rosario de Corella y que se encuentra en depósito en el Museo Arrese, perteneciente a la Fundación Arrese.

 

La imagen del Cristo atado a la columna es una de las obras escultóricas más importantes de Corella junto con la imagen principal de la Virgen del Carmen de Corella.

 

Jesucristo aparece atado a una columna de fuste alto –sin acompañantes, extrapolado de la escena de la flagelación– que permite al escultor hacer una esbelta composición y dar un atrevido contraposto a la imagen de Jesucristo.

La  cabeza  está  girada  hacia  el  lado  izquierdo  y  ligeramente  caída  hacia adelante en gesto sumiso. Los músculos del lado derecho del cuello están tensos, con extensión del músculo esternocleidomastoideo.

Lleva corona sobrepuesta, trenzada y con punzantes espinas de hierro, colocada  tiempo  después  de  haber  sido  tallada  la  imagen,  pues  es  una  incongruencia histórica e iconográfica en la que no incurrió el escultor, pero que debió ser reclamada por la piedad de los feligreses de la parroquia del Rosario.

 

El torso muestra una buena y bien proporcionada anatomía de talla, acentuada  por  la  torsión  del  cuerpo.  Bien  a  la  vista  queda  la  contractura  de  los músculos abdominales y del serrato mayor. Cabe también destacar la perfección de la anatomía de los brazos, piernas y dorso de toda la imagen con destacados músculos y tendones.

 

El paño de pureza desciende desde la cadera izquierda hacia el lado derecho, dejando a la vista el abdomen. El paño lleva un pliegue horizontal en forma de banda al centro y se anuda a la derecha. Presenta gotas y regueros de sangre.

 

Es  especialmente cruenta  en  la  espalda  donde  se  aprecian  las  lesiones  de  la  flagelación.

 

La escultura es atribuida a Gregorio Fernández (1576-1636) quien estuviera dos largas temporadas residiendo en el Convento de los PP. Carmelitas de Corella y desde donde realizó las esculturas de la Virgen del Carmen de Corella y Calahorra, el San Miguel Arcángel de Alfaro así como la escultura del Cristo atado a la columna y del Cristo de la caña para la Parroquia del Rosario de Corella.

 

Lo bonito de la escultura es que durante el año se puede ver en el Museo Arrese mientras que el día de Viernes Santo sale en procesión dentro de un gran cortejo barroco que todavía recuerda la teatralidad que tuvo la Semana Santa de Corella.