Somos alumnos/as de la clase de 6º D y hemos investigado sobre el convento de la Encarnación de Monjas Benedictinas de Corella, hoy transformado en Museo Arrese. Nuestro grupo formado por Nassim, Adam, Naia, Lucía y Anas vamos a centrarnos dar a conocer la historia del edificio.
A día de hoy, hay 13.000 monjas benedictinas repartidas por los cinco continentes habitables.. El día a día de las monjas benedictinas consiste en levantarse para rezar y meditar, y luego comenzar sus tareas diarias. No pueden poseer ningún tipo de propiedad personal y se alimentan de carne, sopas, verduras, legumbres, raíces, queso y huevos.
La tradición cuenta quién fue Santa Escolástica, hermana de San Benito, quien logró imponer la Regla de los monasterios femeninos. Esta regla pone en el centro de la vida monástica el amor a Cristo y su seguimiento mediante la oración, el trabajo y la práctica de las virtudes.
Una de las características distintivas de la Orden Benedictina es la idea de vivir para Dios en comunidad. Estas leyes no recibieron una acogida inmediata, puesto que los monasterios alemanes e ingleses eran más un tipo de colegiata de canonistas que verdaderas monjas benedictinas. Se ha llegado a afirmar que, antes del siglo XII, sólo existía el monasterio de Santa María.
La reforma protestante hizo que buena parte de los monasterios de la orden desaparecieran en Inglaterra y otras partes de Europa central y septentrional. En Francia, durante los siglos XVII y XVIII, se vivió un florecimiento de las fundaciones benedictinas femeninas. Los domingos son días de contemplación, descanso, tiempo libre y fraternidad, aunque el horario de oración comunitaria es similar al de un día normal. Esto garantiza seguridad, educación y formación religiosa para las jovencitas.
El color monástico habitual es el negro, símbolo de arrepentimiento y sencillez. Las monjas no cobran ningún sueldo por vivir en el convento ni por llevar a cabo sus acciones y rutinas religiosas.
El origen de esta obra monástica de estilo barroco está asociado a la figura del corellano Pedro de Baigorri. En el momento de mayor poderío de Baigorri, corresponde su iniciativa de levantar el convento de religiosas. En el año 1659, había dos monasterios ocupados: uno por los carmelitas y otro por los recientes mercedarios, pero ninguno tenía hijas de Corella que quisieran profesar en su lugar natal.
Al fin, en 1669, se consideró que el Señor Maestre de Campo hacía seis años que no había escrito y que la fábrica padecía ruinas considerables, estando sin habitación. También llegó a sus oídos el deseo funcional de cierta dama de Madrid.
En definitiva, es un edificio conventual construido por el ilustre corellano D. Pedro de Baigorri. En 1669 las monjas benedictinas ocuparon dicho convento hasta que se trasladaron a Zaragoza y lo pusieron en venta . Fue en 1970 cuando el matrimonio Arrese lo compró y lo convirtió en museo, siendo inaugurado como tal, el 28 de Junio de 1973.
En el marco del arte sacro, el visitante se puede encontrará una gran variedad piezas de gran importancia, como el relieve de alabastro de Gil de Siloé o el cristo atado a la columna, en principio atribuido a Gregorio Fernández aunque también se apunta que pudo ser obra de Juan de Biniés. Dicha escultura también se puede contemplar año tras año en la procesión del Viernes Santo.
Destacables también los impresionantes lienzos del pintor barroco Claudio Coello, El martirio de San Plácido y las bodas místicas de Santa Gertrudis. O la colección de ornamentos litúrgicos, entre los que destacan los ternos, o la custodia de bronce dorado y coral, que se encuentran en el piso superior. También hay una pequeña sala dedicada al pintor corellano Antonio González Ruiz que llegó a ser director de la sección de pintura de la Real Academia de Bellas artes.